El 8 de enero del 2009 nacieron 5 cachorros en un bajo de Pamplona, de una madre mestiza y padres desconocidos.
Con apenas un mes de vida solicitamos una entrevista para ver si éramos aptos para adoptar uno de los cachorros. Con un mes y medio Lana se vino con nosotros a casa.
Tras una amarga separación de mi pareja, nos quedamos solos yo, mi colitis, la diabetes... y la mocosa. Ella se mantuvo siempre a mi lado, apareciendo en mi cama cada mañana cuando debería estar durmiendo en la cocina.
Y llegamos a mayo del 2011. Lana ya dormía habitualmente conmigo en la cama y gracias a ello puedo contar esta historia: ocasionalmente solía sufrir hipoglucemias severas por la noche. Gracias a que la mocosa me despertaba podía reaccionar a tiempo y comer algo para recuperarme. Pero hubo una noche en la que no reaccioné. Ella abrió la puerta de mi cuarto, se dirigió a la habitación de mi compañero de piso, la abrió de igual manera y le despertó. Mi compañero pudo inyectarme Glucagon y llamar a la ambulancia.
Mi pijama estaba rasgado y mi espalda llena de arañazos. La mocosa lo intentó todo para salvarme la vida y sé que estoy aquí gracias a ella. Desde aquel día somos inseparables, nunca voy a ninguna competición si ella no puede estar conmigo.
En el 2012 hemos corrido 3 carreras: Triatlon de Bilbao, San Pedroko Triatloi Herrikoia y el Medio Ironman de Aritzaleku